Ángel Aguado López, desde París (fotos y texto)
Pasaban unos segundos de las 20:00 cuando Le Monde anunciaba en su edición digital la victoria de Macron por el 64,3% de los votos. El metro estaba desconocidamente semivacío a esas horas, casi como las calles de París. Los franceses se habían recogido en sus casas para seguir el recuento de votos por la televisión. El día ha sido frío, apenas 10º, lluvia a ratos y una humedad que no ha impedido que las calles de París estuvieran concurridísimas durante toda la jornada. En el ambiente flotaba la previsible victoria de Macron, pero las sugerencias poco afortunadas de alguno de los candidatos derrotados en la primera vuelta, que en nada ayudaban a conseguir unanimidad contra los extremismos, las decepciones de los últimos comicios en USA y la victoria del brexit pesaban en el ambiente como una maldición, como un mal fario que había que conjurar con los ideales republicanos de los que alardean los franceses. Una vez hecho el anuncio del triunfo de Macrón, las calles se han llenado de gente que celebraba la victoria, no se sabe si del candidato, ex-miembro del gobierno socialista de Hollande, el presidente saliente, o celebraba la derrota de la candidata de extrema derecha. Ha sido como una liberación, se alejaban los fantasmas del fascismo hasta una próxima elección. Acceder a los Jardines de las Tullerías no era tarea fácil. Hasta cinco cordones de seguridad, con cacheos y controles debían superar los miles de personas que se han acercado al Louvre a celebrar la victoria de Macron. A las 22:30 el nuevo elegido presidente aparecía por la explanada del Louvre y hacía una declaración institucional. Como en el 2002, la France ha votado contra el fascismo de los Le Pen antes que por un candidato en concreto. Una tercera parte de los votos se ha ido a la candidata neo-fascista, un reflejo claro del histórico, ancestral y profundo neofascismo que habita en la Francia profunda. Al final, se ha impuesto el ideal de libertad, igualdad y fraternidad que resurge de las cenizas republicanas del exágono. C’est la grandeur.
Enlaces relacionados
La France tranquille
Tardío homenaje a los republicanos españoles que liberaron París
Elecciones en Francia 2017
Pingback: 8 mai à Paris | Escaparate ignorado