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Casi una vida ha pasado, pero aún hoy se siente un estremecimiento parecido al pánico al recordar aquella noche aciaga de los transistores cuando el picoleto bigotón nos apuntó miserablemente a todos los españoles con la pistola de la intransigencia y de la intolerancia. Cualquiera de los que vivieron aquella tarde-noche recuerda aún qué hizo, dónde estaba, con quién, cómo la pasó y cuándo recobró la paz. Los golpistas acojonaron al país entero, pero, más o menos se fueron de rositas con el beneplácito de la justicia militar tras la “sanjurjada” del 81. ¡Ha habido tantas en la triste historia de España! El bigotón del tricornio celebró los treinta años de su intentona bañándose tan ricamente en la playa. La trama civil no terminó de revelarse. Y las investigaciones sobre la actuación de la Corona y la implicación del Ejército en la conspiración golpista se vieron impedidas por el manto encubridor de los poderes fácticos, que nos distraen una verdad incómoda que algún día se desvelará.
Anatomía de un instante”, el ensayo-novela de Javier Cercas, hizo un apasionado esfuerzo por desvelar las verdades escamoteadas al ciudadano. Centró su estudio en dos personalidades tan distantes en la historia como próximas en ese momento histórico que compartieron. El general Gutiérrez Mellado y el secretario general del PC Santiago Carrillo. Quizás algún día se sabrá todo, aunque sea tarde y sólo concite la curiosidad de los historiadores.
Pensando en los españoles jóvenes que no vivieron aquellos momentos y rescatando de la memoria fotográfica documentos arrinconados proponemos un repaso a los once fotogramas que la pericia y profesionalidad de Manuel Pérez Barriopedro, el fotógrafo de EFE, hizo en aquellos breves momentos en los que el teniente coronel golpista amenazaba a todos con su Star BMK 9 milímetros parabellum, como las de los etarras a los que quería combatir. Sin imaginarlo, Barriopedro nos dejó un testimonio fundamental para conocer los porqués del camino que España recorre con paso errático.
Fotograma 12A. Eran las 18.23 horas del 23 de febrero de 1981 cuando Manuel Pérez Barriopedro ha oído ruidos de jaleos extraños en el exterior del hemiciclo. Sin dudarlo, con su Nikon F3 en ristre cruza el hemiciclo de izquierda a derecha y toma el primer fotograma, una puerta lateral con un ujier vigilante. Para ello, se ha debido trasladar a toda prisa intuyendo que algo pasa sin saber qué. Unos segundos decisivos.

Fotogramas 13A y 14A. Barriopedro ha regresado a su posición original, la izquierda del hemiciclo. La película que llevaba en la cámara era la Kodak Tri X, 400 ISO, forzada a 1600. La luz del hemiciclo no permitía gran velocidad de obturación, como se ve en algunas partes de los fotogramas que resultan movidos, las manos del bigotón, por ejemplo, que se mueven como garras acechantes.
Fotograma 15A. El bigotón amenaza a la audiencia con su pistolón. Barriopedro ha cambiado la distancia focal. No sabemos si dispondría de un zoom, si no, era un campeón manejando objetivos (entonces los fotorreporteros llevaban no menos de dos cuerpos y cuatro-cinco objetivos).
Fotogramas 16A y 17A. El picoleto a lo suyo, amedrentar al españolito, ya sea un general, un diputado o un ciudadano de a pie. Hay un cambio de distancia focal. Entonces se hacían las mediciones manualmente. Aunque la iluminación del hemiciclo es uniforme en todos los puntos puede haber diferencias lumínicas en algunas áreas, en la secuencia todas las fotos están correctamente expuestas.
Fotogramas 18A a 22A. El teniente coronel ha bajado de la tribuna se ha enfrentado al general Gutiérrez Mellado zarandeándole sin conseguir derribarlo, después, sube de nuevo al estrado. Los picoletos se lían a tiros y los diputados se refugian tirándose al suelo. Todo esto en un breve espacio de tiempo, apenas unos segundos. Mantener la calma en una situación así no es sencillo. Tras el tiroteo y la extrema tensión vivida Barriopedro consiguió sacar el carrete escondido en un zapato. La Agencia EFE distribuyó las imágenes a todo el mundo. Gracias a su trabajo Manuel consiguió el premio Word Press Photo 1981, y contribuyó con ellas a que la información prevaleciera como un derecho fundamental en el devenir democrático de la sociedad española.

Barriopedro da una charla en un colegio a los nuevos españoles

El compromiso con la verdad informativa de Manuel Pérez Barriopedro a lo largo de 45 años daría para una película o una serie televisiva. Hombre discreto recuerda aquel día con la normalidad de uno más mezclado en su larguísima carrera como fotógrafo de prensa. Atiende a todo aquel que le solicita su opinión, pero no guarda especial predilección por aquellos tensos momentos del 23 F, pasó y fuera. Acude a dar charlas en colegios, centros culturales, emisoras de radio, universidades, televisiones o allí donde le reclaman para contar a las nuevas generaciones la historia que le tocó vivir y siempre tiene una sonrisa en los labios, porque hablan sus fotografías sin necesidad de palabras, es un periodista gráfico que no quiere protagonismos.

Manuel Pérez Barriopedro, en la puerta del Congreso con su Nikon F3, en enero de 2015.

 Agradecimientos a Manuel Pérez Barriopedro por su gentileza. Texto y fotografías de Barriopedro: Ángel Aguado López.