Gabriel de Araceli

     Los archivos son inmensos pecios en los que el investigador bucea ajeno a las misterios que pueden albergar. De repente salta la sorpresa, se encuentra con tesoros sumergidos en el fondo del tiempo, salen a la superficie testimonios de la historia que vivieron las generaciones anteriores.

             Hace ahora 120 años el Tratado de París, firmado por España y los Estados Unidos ponía fin a los restos del imperio español: Filipinas, Puerto Rico y la joya de la corona, Cuba. Las colonias de ultramar quedaban en manos yanquis o conquistaban una independencia sojuzgada por el tío Sam de la que aún no se han liberado. Pasaron de una opresión a otra. Aquello fue un trauma nacional, una catarsis colectiva que sumió a la nación en el desencanto, en el pesimismo y en la derrota. Veinticinco años antes, en 1874, el capitán médico Santiago Ramón y Cajal, un joven de 22 años que ya había participado en la última guerra carlista, la que va de 1872 a 1876, embarca rumbo a La Habana. Regresará a la península en junio de 1875 afectado de paludismo y en estado de extrema debilidad. En 1906 recibió el Nobel de Medicina, compartido con Camillo Golgi.

         Estas son dos joyas que el buceador ha encontrado en el mar de los legajos.

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Coronel Lulio Aguado Nieto

Guerra de Cuba

Hoja de servicios del coronel Lulio Aguado Nieto (Procede del Archivo Militar de Segovia)

…- 1894.  Según certificado presentado por el interesado y expedido por el Excmo Señor General de División don Agustín Luque y Coca comandante Gral. de la división de la Trocha, este oficial en el año 1895 prestó a las inmediatas órdenes de dicho Gral. los servicios siguientes: Declarado el estado de Guerra en territorio de Las Villas en 24 de febrero de 1895 quedó auxiliando con gran inteligencia, celo y actividad los trabajos reservados de Secretario de la Sección de Campaña del gobierno Militar y Civil que posteriormente se le confió, acompañando al mencionado General en cuantas salidas tuvo necesidad de hacer por las jurisdicciones de Cienfuegos y Remedios y fue comisionado para desempeñar en Sancti Spiritus

Guerra de Filipinas

  1. En su anterior situación [el anterior jefe] hasta el 15 de enero que desembarcó en la plaza de Manila incorporándose a su destino en la Capitanía General de Filipinas el 16 del mismo… Declarado otra vez el territorio de las Islas en estado de guerra el día 23 de abril por la ruptura de relaciones con los Estados Unidos sufrió el bloqueo de Manila por la escuadra Norte-americana que dio comienzo el 12 de mayo, en cuya madrugada se presentó en bahía librando combate con la española y hostilizando a la plaza con fuego de cañón. También sufrió el total asedio de la Capital que por tierra sitiaron desde el 5 de junio los insurrectos del país, quienes primero por sí y después en común acción con las fuerzas Norte-americanas desembarcadas atacaron a diario la población, empleando ambos enemigos artillería de sitio. Según orden general de 4 de agosto fue honrado con la felicitación que el Ministro de la Guerra dirigió a las fuerzas del Ejército en cablegrama de 21 de julio, en nombre de S. M. la Reina, el Gobierno y la Nación por la enérgica y prolongada resistencia de la Plaza, calificando el servicio de heroico e inapreciable. Por la defensa de la plaza contra Americanos e insurrectos hasta el 7 de agosto se le concede por el E. S. C. Gral [Excelentísimo Señor Capitán General] del distrito en 12 del mismo mes la cruz de 1ª clase del Mérito Militar con distintivo rojo. El 13 de agosto y después del combate habido en que tomó principal parte la escuadra enemiga que bombardeó y rompió la línea de defensa, capituló la plaza con el Ejército Norte-americano que la ocupó; y en ella quedó este oficial con las tropas españolas finando el año en esta situación.
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Soldados españoles en Filipinas

Acciones de guerra en el distrito de Manila, 1898 (Archivo Militar de Madrid).

Copia que se cita a Exmo Sr.

       Después de 39 días de prisión conseguí burlar la vigilancia de los rebeldes y con gran sentimiento pongo en conocimiento de VE lo que ha sucedido con mi desgraciada compañía compuesta por 149 hombres y 4 oficiales. Estando en el pueblo de Seamoan [actual Sasmuan] a las 1 de la madrugada del 31 de mayo recibí una orden del Exmo Sr. Comandante General del Centro de Luzón para que con mi fuerza marchar a Orani (Bataan) a ponerme a las órdenes del Coronel Francia. Sin pérdida de momento y embarcados en el Cañonero Arayat marché hasta dicho punto llegando a las 8 y ½ de la misma encontrando en ella al Coronel Francia que dispuso continuase mi marcha al pueblo de Samal (¿) y de allí al barrio de Mabatang donde encontré fuertemente atrincherado al enemigo a las 4 de la tarde y que al divisar a mi pequeña columna rompieron fuego de fusilería y cañón que fueron inmediatamente contestado por nuestras fuerzas, que después de dos horas de fuego y habiendo observado el movimiento envolvente que querían hacer por superioridad y que sin temor alguno pasarían de 1500 hombres ordené la retirada hacia el pueblo de Samar, que al llegar cerca de él encontré al Teniente de la Guardia Civil D. Emilio Salazar con 20 cazadores que venía a protegerme quedando otros 40 de el convento al mando de un Teniente de Cazadores, en vista de que el enemigo venía siguiéndome me vi obligado a meterme en el convento de Samar donde casi podría sostenerme hasta que el Coronel Francia me auxiliare. Cuatro días me tuvieron completamente sitiados los rebeldes y en continuo fuego, el segundo día nos encontramos sin agua, sin comida y como los refuerzos no venían intenté romper el sitio, habiendo tenido la desgracia de perder en las tres veces que quise salir del convento 100 voluntarios y 2 cazadores que como fieras murieron frente del enemigo, recibiendo el que tiene el honor de dirigirse a V.E. un balazo en el pecho, así todo me mantuve 48 horas más hasta que habiendo consumido hasta el último cartucho me vi obligado a capitular con el enemigo que se obligaban a respetar las vidas de todos, más esto no lo cumplieron, pues los 44 voluntarios que me quedaban fueron macheteados cobardemente por ellos, llevándose prisioneros a los 88 cazadores, un teniente del mismo, el teniente de la Guardia Civil d. Emilio Salazar, cuatro oficiales de mi compañía y el que suscribe, que fuimos todos conducidos a Cavite. Dios guarde a V.E.  ms. al Mando. 13 de Julio de 1898. Antonio Gómez.

Exmo Sr. Coronel Jefe principal del Regimiento Movilizados. Blanco. Manila.

Es copia- Blanco rubricado.

El Capitán de E. M encargado del Detall

Antonio Vuian [(¿) ilegible]