Etiquetas
Asesinatos terroristas, Atentados en París, France, Francia, Paris, Terrorismo, Yihadistas
Ayer, viernes 13, por la noche preparaba un examen de historia sobre las civilizaciones antiguas. Mi hijo veía tranquilamente el fútbol a mi lado cuando los comentaristas comenzaron a decir: “fussillade à Paris, prise d’otages…”, las palabras terribles que aún resonaban en nuestros oídos desde los ataques de enero.
¡No, otra vez no! Era “du déjà vu”. Inmediatamente nos peleamos por el mando a distancia para cambiar de canal. Faltaban unos minutos para acabar el partido pero era primordial saber qué estaba pasando. Nos quedamos sin habla.
A mi hijo ya le daba igual el fútbol. El horror desfilando por la pantalla, desgranando el mismo tipo de imágenes que vimos a comienzo de año. Aún más terrible por el desconcierto generalizado. Diversos tiroteos simultáneos y miles de personas atrapadas en una sala de conciertos. Disparos, carreras, gritos, ambulancias. Después el Presidente de la República con voz titubeante: “État d’emergence, fermeture de frontières…”
Demasiado para encajar de nuevo. No queremos habituarnos a la violencia. Lucharemos para que no nos deje indiferente la barbarie si se tiene que convertir en algo cotidiano. Y vamos a seguir viviendo, paseando por el Sena, trabajando y defendiendo nuestras ideas, dejando el miedo de lado.
El viernes por la mañana en la clase de historia hablábamos de las supersticiones de los pueblos antiguos debido a su ignorancia. Una alumna dijo que a pesar de todo, los viernes trece pasan cosas y creía en ello.
El lunes cuando entre en clase seguiré convenciendo a mis alumnos de que las supersticiones son absurdas y que son la ignorancia y la barbarie las que engendran violencia, guerras y falta de libertad.
Texto y ©fotografías: Ana María Pulido Infante
(Ana María Pulido es profesora de español en París)
(Las fotografías corresponden a la manifestación celebrada en París en protesta contra el atentado sufrido por el semanario Charlie Hebdo, en enero de 2015)
Estupenda y emotiva narración llena de interés, Ana.
Me gustaMe gusta