
Pascual Izquierdo
Pasen, pasen y vean, señoras y señores. Pasen, pero, por favor, no se agolpen ni amontonen, que hay para todos. Pues no en vano la fiesta dura ahora cuatro meses. Pasen, pasen y compren, señoras y señores, que ya hace unas cuantas semanas se inauguró oficialmente la campaña.
Pasen, pasen y vean, señoras y señores. Pero con orden y con calma, que hay para todos. En esta temporada afloraron los turrones cuando la última partícula de arena aún no se había desprendido de los cuerpos desnudos. Unos días después, a comienzos del otoño, llegaron los perfumes, pues convendrán conmigo que es absolutamente necesario inundar cuanto antes de fragancias exquisitas este presente tan nauseabundo que nos cerca.
Pasen, pasen y admiren la constelación de luces que, desde finales de octubre, alegran los escaparates y las calles. Algo absolutamente fabuloso, señoras y señores. Ya está encendido el universo. Y la ciudad que no se sumerja en este derroche de energía es que no existe en el mapa y no entiende el fenómeno de la modernidad, sólo al alcance de los más avispados. Ya está encendido el universo porque hay que ocultar la intensa oscuridad que nos rodea, hay que ahuyentar las tinieblas que nos amenazan, hay que espantar el miedo que sentimos ante un futuro que se nos va de las manos.
Pero pasen y vean, señoras y señores. No se dejen envolver por estos presagios tan impropios de estos tiempos en que se impone la felicidad casi por decreto. Pasen y compren, que ya ha llegado la feria tan esperada de la Navidad.
Conde Duque de Torrelodones
Son fechas tradicionales,
De abusos y de invasiones,
Donde abundan ocasiones,
En estos tiempos globales,
De tocarnos los c…
Luis de Góngora y Argote
Dineros son calidad
¡Verdad!
Más ama quien más suspira
¡Mentira!
Cruzados hacen cruzados,
Escudos pintan escudos,
Y tahúres muy desnudos
Con dados ganan condados;
Ducados dejan ducados,
Y coronas majestad,
¡Verdad!
Pensar que uno sólo es dueño
De puerta de muchas llaves,
Y afirmar que penas graves
Las paga un mirar risueño,
Y entender que no son sueño
Las promesas de Marfira,
¡Mentira!
Todo se vende este día,
Todo el dinero lo iguala;
La corte vende su gala,
La guerra su valentía;
Hasta la sabiduría
Vende la Universidad,
¡Verdad!
En Valencia muy preñada
Y muy doncella en Madrid,
Cebolla en Valladolid
Y en Toledo mermelada,
Puerta de Elvira en Granada
Y en Sevilla doña Elvira,
¡Mentira!
No hay persona que hablar deje
Al necesitado en plaza;
Todo el mundo le es mordaza,
Aunque él por señas se queje;
Que tiene cara de hereje
Y aun fe la necesidad,
¡Verdad!
Siendo como un algodón,
Nos jura que es como un hueso,
Y quiere probarnos eso
Con que es su cuello almidón,
Goma su copete, y son
Sus bigotes alquitira
¡Mentira!
Cualquiera que pleitos trata,
Aunque sean sin razón,
Deje el río Marañón,
Y entre el río de la Plata;
Que hallará corriente grata
Y puerto de claridad
¡Verdad!
Siembra en una artesa berros
La madre, y sus hijas todas
Son perras de muchas bodas
Y bodas de muchos perros;
Y sus yernos rompen hierros
En la toma de Algecira,
¡Mentira!
Fotos de Terry Mangino
La infanta Margarita falleció a los 21 años, en Viena, en 1673 por sobreparto de su quinto embarazo. María Agustina Sarmiento de Sotomayor y Isabel de Velasco eran las dos meninas que acompañan a la infanta Margarita. Isabel falleció apenas tres años después de que fuera representada en el cuadro, en 1659. Diego Ruiz de Azcona era el guardacamas de la infanta Margarita. María Bárbola Asquín, bufona de origen alemán al servicio de la infanta Margarita, disfrutaba de paga, raciones y cuatro libras de nieve durante el verano. Nicolasito Pertusato, el bufón que la emprende a patadas con el mastín, vivió 75 años y conoció tres reyes y una regencia. Marcela de Ulloa era la guardesa de la infanta, cuidaba que no le faltara de nada. Felipe IV y Mariana de Austria aparecen reflejados en el espejo como un halo de misterio.