Han volado, se han ido. Los polluelos de cernícalo primilla venidos en el mes de abril al mundo en la maceta de un balcón de Santander han emprendido el vuelo. Es el círculo vital que completa dos cuartos en la existencia de todo ser vivo y que le predispone para la edad madura.
Nacer, crecer, reproducirse, morir. En apenas diez semanas han completado su desarrollo y ahora, emancipados ya de los padres deberán aprender a desenvolverse por sí mismos en el proceloso mundo de los cielos salvajes de las grandes ciudades.

¡Adiós!
Fotografías y vídeos de Simón Pérez, Santander, la novia del mar.
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Qué lindos. Suerte en el aire para ellos.
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