LECTURAS DE VERANO III
Carmelita Flórez
—Me resultó imposible acabar “La casa verde”. Y eso que le oí a Emilio cantar alabanzas sobre la segunda novela de Varguitas. La decimo primera edición de Seix Barral, reimpresión del 55º al 65º millar, en 1971. Fueron sus comentarios elogiosos lo que me animaron a atreverme con ese laberinto de sucesos entremezclados y removidos en la hormigonera giratoria de las letras, los personajes, los lugares, los tiempos y las tramas, esos diálogos incoherentes… Pero desistí. A Varguitas se le subió a la cabeza el atracón de Flaubert, de Victor Hugo y de Faulkner que se dio en París cuando llegó con Julia, a comienzos de los 60, para forjarse el oficio de genio. Y menos mal que se abstuvo de Proust. Hubo un momento en que tanto experimentalismo, tanta ruptura con la tradición relatora y tanta vanguardia erudita que rezumaba el cuento de don Mario me nublaron el entendimiento. Estaba perdido en ese universo andino, con la sensación de ser un perfecto tarugo, un bruto y torpe lector incapaz de descifrar ni de comprender las razones por las que la novelita, más bien un novelón de más de 400 páginas, fue tan inmensamente aclamada en su momento por la crítica. He reabierto el libro esta mañana y me ha sorprendido la dedicatoria que hace el autor en la primera página: A Patricia

—De la tía Julia a la prima Patricia, que a su vez era sobrina de Julia y
—Sí, Terry, un lío de familia, de oca a oca, un culebrón que parece surgido de la enfebrecida mente de un escribidor ebrio de telenovelas. Pero que es real. La vida de un hombre atormentado por el amor de dos mujeres de la misma casa, entre el vértigo del incesto, el repudio y el éxtasis del placer. Aquella pelea con Gabo a causa de Julia, pasaron de amigos íntimos a enemigos por ciertas confidencias que la tía reveló y Márquez aireó. El puñetazo. El ojo izquierdo morado. Celos de gigantes. Dos personalidades tan diferentes y opuestas, alineados entre el socialismo utópico y el ultraliberalismo reaccionario, entre Fidel y la Thatcher, personajes del inframundo, tal vez no existieron y son sólo fruto de la inspiración literaria de ambos escritores.

—Las mujeres sí son de carne y hueso, se han cruzado con frecuencia en la vida de

—Y en una vuelta del camino se cruza otra mujer y Varguitas renuncia a la prima eterna. “El amor en los tiempos de invierno”, hubiera titulado Gabriel esa sonata en la que el galán escribidor se abalanza de repente sobre la reina del papel cuché como si fuera esa noche la última vez. Cómo si viera próximo el final de su enfebrecida virilidad y empleara hasta el límite sus últimos recursos para satisfacer un ego alborotado y bullicioso. Una locura aireada por la prensa rosa. Carnaza para desocupados hambrientos de chismes. Y el abandono, la ruptura, el caos, el desorden para alcanzar el orden. Llega otro amor y te desvalija el alma. Después, el tiempo lo reduce todo a sensaciones, el desgaste de la convivencia deposita en el lecho del espíritu el lodo de las realidades y afloran las dudas, tal vez las conveniencias. Y es entonces cuando la razón se impone al tormento de la carne, cuando la zozobra del éxtasis se aparta y apaciguado el deseo el primitivo rumbo parece más seguro y recto y vuelve el velero al puerto a toda vela achicando las vías de agua que encharcaban su bodega. A Patricia. Una dedicatoria que nunca imaginaría Varguitas que fuera tan perdurable ni en esa novela tan críptica y espinosa que aún hoy resulta difícil leer. Ella, el elogio de la prima, después fue de la madrastra, es lo único que da un poco de entidad y sentido a todo lo que a continuación se escribe. Lo mejor es el principio, la primera frase, viene a decir Varguitas, el resto es evitable.
—Algo tendrá la prima que ha recuperado al nobel y
—Sí, Terry, Amor Vincit Omnia.

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Hola Ángel,
Estoy tratando de contactar contigo al respecto de una exposición sobre Gonzalo Torrente Ballester en la Biblioteca Nacional.
¿Sería posible que me proporcionaras un correo electrónico al que poder escribirte?
¡Gracias!
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Hola, Carmen, gracias por leerme. Tendré mucho gusto en responderte. Mi correo email: araceligabriel1805@gmail
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