Carmelita Flórez

Más de 100.000 ciudadanos protestones se juntaron el pasado sábado 4 de octubre (según la Delegación del Gobierno) en el centro de Madrid para clamar contra la matanza que el estado de Israel, y a su cabeza su presidente Bibi Netanyuso, perdón, Netanyahu, está aplicando contra la población civil palestina de la franja de Gaza. Netanyuso, perdón, Netanyahu, practica la guerra de tierra calcinada en Palestina con objeto de exterminar a los supervivientes exhaustos de ese territorio masacrado (se calcula que, desde el principio de la conflagración, hace ahora dos años, han muerto más de 65.000 civiles ajenos a la guerra). No se sabe cuántos muertos más estarán bajo los escombros, en la inmensa tumba de cadáveres inocentes en la que Israel ha convertido la franja de Gaza…

—Mama, sí, es que… es mi novio… sí… pero no tengo otro, no, a los palestinos que les den, qué me importan a mí esos desgraciados, que se mueran todos, que me acerco a la cincuentena… por eso, ahora o nunca, sí, lo tengo difícil, por eso, sí, el de la lancha, sí, el de las rías baixas, no ¡bah!, un pasmaooo, lo tiene peor que yo, naaa, ese no va a ninguna parte, sí, el amigo de Adolf, sí, por eso, sí, hay un montón de niños que le votan… por eso, sí, o me postulo yo ahora o me quedo para vestir santos. Por eso, que sí, mama, mientras que haya quien me vote yo adelante, bah, 25.000 niños palestinos muertos en bombardeos de Israel… ¿a quién les importa esos canallitas? ¡Que les den!

…desde Atocha hasta Cibeles, Alcalá, Gran Vía y Callao la marea humana se extendía como una bandera que iba proclamando: ¡Dejad vivir a los palestinos, son inocentes, demasiados muertos por el hecho de vivir en el lugar que el sionismo quisiera anexionarse!

Netanyuso, perdón, Netanyahu, brindaba con Donald por el éxito del casino que iban a construir en la franja:

—La próxima a tres hoyos en tu golf de Florida, Donald. Oye, que no estoy para más. Matar tanto niño palestino me deja exhausto.  

—Hecho, Bibi. El resort que voy a construir en Gaza, con tu permiso, va a tener treinta hoteles, todos con campos de golf de 28 hoyos. Sí, se lo digo a Vladimir, seguro que se apunta. Eso sí, que pague los derechos por jugar con nosotros. Le metemos un quinientos por ciento de aranceles sobre el presupuesto inicial de nuestro proyecto. Que quiere vivir con los ricos, pues que pague. No, no es lo mismo embocar un birdie frente a las costas de nuestro Mediterráneo, Mare Nostrum, en el que vamos a construir el paraíso a nuestra medida, que en el Volga, todo lleno allí de conspiranoicos rojos, con el colgaoo ese del Volodimir a la cabeza dando por el ojete. Que se tiene que ir el Volodimir ese a la Europa del mercado común con todos los europeos que aún creen en la justicia de la igualdad y los valores democráticos y los derechos sociales, pues peor para ellos. Que se vaya. Para eso tenemos en nómina a la Meloni, al Orban, a la Marine Le Pen, al Santi y ahora me dicen que a esa chica madrileña que anda fatal con el novio. Así acabamos con esa amenaza para nuestro deseo conjunto de hacer un mundo sin proletarios. Sí, vale, te mando un eléctrico, Elon, sí, nada, él me regala doscientos coches y yo le dejo que haga lo que le salga de los cojones, perdón por la palabrota. Ya sabes que tienes que matar a un millón de palestinos más para seguir mandando. Pues se matan. No, tranquilo, Bibi, yo no digo nada. Pero no te pases, ¡Dos millones de muertos palestinos más dices! Bueno, bien, me parecen pocos. Sí, vale Bibi, que después cuento con tu apoyo para lo del Nobel de la paz.

—Sí, mama. No, los muertos, ¿a quién le importa lo que pase en Palestina? Entonces, sí, lo del piso en Chamberí, bueno, lo importante es que yo te dé un nieto. Seguro que vale más que esos 25.000 niños que han muerto ya en la franja de Gaza. Perdón, ya sabes, es que un niño palestino, en el fondo, no vale nada.


«Es la economía, estúpido». fue el lema que Bill Clinton utilizó para ganar las elecciones en los USA en 1992. Enfrente tenía al impresentable de Georges Buch padre. El que invadió Kuwait, que a su vez había invadido Sadam Huseín, dos personajes despreciables a la altura de Trump.

‘It’s the economy, stupid’ was the slogan Bill Clinton used to win the US elections in 1992. Opposite him was the unpresentable George Bush Sr. The man who invaded Kuwait, which had in turn been invaded by Saddam Hussein, two despicable characters on a par with Trump. (Traducción de Ángel Aguado Pulido, licenciado pour la Sorbonne, París)


Fotos de Terry Mangino

Fotos de la manifestación celebrada el 4 de octubre de 2025 en el Paseo del Prado de Madrid.