
El Bar Chicote es en sí mismo una leyenda dentro de la Gran Vía. Espías soviéticos del temible NKVD como Alexander Orlov, reporteros de guerra como Robert Capa, vendedores de penicilina adulterada, estraperlistas o grandes escritores como John Dos Passos o Hemingway se emborracharon en sus salones durante la Guerra Civil. También lo visitaron divos del celuloide como Charlton Heston o Ava Gardner durante los años 50 del siglo pasado. Sus magníficos salones son obra de Gutiérrez Soto y Martín Domínguez.