Algunos atletas, a pesar de haber sido excepcionales se vieron ensombrecidos por el ascenso meteórico de otro contemporáneo. Le pasó a Carlo Thränhardt, que a pesar de tener una extraordinaria plusmarca de 2,40 no pudo vencer al cubano-hispano Javier Sotomayor (2,45), que le superó en las competiciones internacionales. En la foto aparece en una prueba celebrada en el Palacio de los Deportes, Madrid, febrero, 1988.