
No es un indigente, es un activista del Sindicato Andaluz de Trabajadores, en huelga de hambre, protestando en Lavapiés el pasado mayo por la condena a prisión de Andrés Bódalo. Este había agredido a un concejal socialista hace unos años. La condena fue excesiva y el propio agredido pidió su absolución, sin éxito.